lunes, 18 de febrero de 2008

DE METUS


Este es Pedro Picapiedra, descendiente del mono. Vive en el paleolítico, en un entorno hostil, tiene que luchar contra otros depredadores por su comida, debe protegerse del frío y la lluvia en el interior de una cueva oscura y su esperanza de vida es de unos 30 años. En caso de caer enfermo, se cual sea el mal en su cuerpo, lo más probable es que muera. Dado a que su vida es constantemente amenazada, lo más normal es que tenga Miedo, y así es. Pedro Picapiedra tiene miedo. Miedo a la desgracia sobre él y los suyos.

Paco Picasuelos nació en 1979 en España, en el seno de una familia de clase media corriente, con ideas medianamente progresistas, pero sin exagerar. Hace dos años se casó con una mujer de su misma edad y ahora vive en adosadito que ha comprado en una urbanización-pelotazo de un pueblo situado en las afueras de una capital de provincia. Tiene un trabajo en oficina, fijo, aunque el sueldo no es para tirar cohetes, además de que la silla que usa le da tirones de espalda, la pantalla del ordenador aumenta sus dioptrías, el café de la máquina está aguado y el tóner siempre se acaba cuando es necesario. Paco tiene diversas aficiones: le gustan las series de televisión americanas del canal fox que echan por Cuatro y La Sexta, lee alguna que otra revista y de tanto en cuanto algún best-seller elogiado por la crítica. Los domingos por la mañana sale a correr con otros dos amigos, con los cuales también se reúne a veces para tomar algo los viernes después de trabajar o para ver algún partido importante de la copa del rey o de la ACB, en casa de Luis, por supuesto, que es el que tiene canal +.

Paco es una persona normal, y como todos tiene sus inquietudes. Política hasta cierto nivel, el euribor y un posible coletazo que afecte su hipoteca a 30 años, el terrorismo, el omnipresente cambio Climático, la posibilidad de tener cáncer, el riesgo constante de un recorte de plantilla… Parece que Paco puede aislar la mayoría de sus temores y quimeras con un simple gesto, el de apagar la televisión, que nos recuerda constantemente en sus telediarios acompañados de imágenes horripilantes de violencia y miseria (véase “los juglares de la Edad media aterrorizan a la parroquia”.), que fuera de nuestro relativamente agradable entorno existe un mundo no tan ameno.

Ah, pero la cosa no es tan fácil. Paco Picasuelos desciende, después del mono, de Pedro Picapiedra, y para rematarlo tiene los genes de éste mismo, naturaleza inclusive. Así que por mucho que intentemos maquillarlo, todos tenemos un Pedro Picapiedra en nuestro interior que cuando ya no podamos más gritará ¡Yabba Dabba Doo, cabrones! Y entonces notaremos como que impresa la prueba palpable (y bastante olorosa) de nuestro medio en la parte trasera de nuestra ropa interior…

Existe gente que se dedica a estudiar los entresijos de nuestra mente y nuestra forma de actuar, así como también existen los ilustres hijos de puta. Entonces claro está que para que usan el miedo ciertos intereses en distintos puestos, a los que mejor no menciono para haceros pensar… El miedo es lo que mueve el mundo, por encima de la codicia, amor, la bondad, o la envidia. Esa es mi verdad universal para el día de hoy… Veremos si para mañana he encontrado pruebas suficientes como para revocarla.

1 comentario:

Adrián dijo...

La entrada no es nueva, sino que pertenece al otro blog...

Joder, que muerto esta esto...