viernes, 29 de febrero de 2008

Realities



Hay veces que viendo la televisión siento auténtica vergüenza ajena por ciertos programas del tres la cuatro que proliferan como champiñones por todas las cadenas de la caja tonta. Pero sin duda alguna los que más vergüenza me producen son los “Reality Show”-s.

No entiendo como puede haber gente que desnude su alma delante de millones de personas contando sus problemas más personales e íntimos, poniendo verde a la suegra o diciéndole al marido cuanto le quieres.

No se que placer oculto les puede producir contar sus intimidades a todo el mundo. A no ser que sean exhibicionistas de sentimientos o que quieran su minuto de gloria en la televisión, ser protagonistas de algo aunque solo sea por una vez en la vida y aun a riesgo de la más rotunda humillación.

Por no hablar de los Realities en los que meten a un grupo de personas en una casa o en una isla. En ese caso no se quien me produce mas vergüenza si el que se exhibe o el que mira. Porque el que entra en ese tipo de programas entra con dos fines: uno es ganar dinero y el otro es ser famoso. Pero los que miran son como los chismosos de antaño que espiaban por la mirilla de la puerta a sus vecinos o a través de los visillos de la ventana y se enteraban de las idas y venidas de todo bicho viviente. Hoy en día nos hemos vuelto mas sofisticados y lo hacemos a través del televisor.

Pero la realidad es que estos programas existen porque la gente los ve y eso es lo más triste.

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