miércoles, 30 de abril de 2008

La realidad supera la ficción

Sucio, repugnante, asqueroso, monstruoso,… y muchos mas son los adjetivos que se me pueden ocurrir para describir la noticia que esta mañana llegaba a mis manos a través del periódico.

La noticia contaba como un austriaco de 73 años había tenido retenida a su hija de, actualmente, 42 años en el sótano de su casa. La maltrató, violó, secuestró, y todo lo que quiso. La tuvo en ese sótano durante 24 años sin poder ver la luz del día. Tuvieron siete hijos producto del incesto de los cuales uno murió al nacer y su cadáver fue quemado en el horno y tres vivieron con ella esa pesadilla. Los tres restantes vivieron con el violador y su mujer después de que éste los dejara en la puerta falsificando una nota de su hija en la que decía que con ellos viviría mejor. Todos esos años la familia vivió engañada por este monstruo que les dijo que la hija había huido con una secta y falsificó otra nota de ella pidiendo que no la buscaran. Este fin de semana al fin pudo salir todo a la luz gracias (por decirlo de alguna manera) a una malformación genética que tenía una de las hijas (de 19 años) fruto del incesto.

Sin duda es el caso más aterrador que he oído nunca, un caso que da miedo, y más que el hecho la persona. Porque esta persona ha sido capaz de hacer de todo con su hija. Otros casos conocidos como el de Natascha, la niña que un pederasta mantuvo retenida durante 8 años, es un caso también parecido, pero en este al menos entre el violador y ella no había ningún tipo de parentesco. En cambio, la reciente noticia nos deja con la boca abierta; ¡era su propia hija! 24 años de continuo sufrimiento para una mujer que tuvo que salir adelante en un espacio minúsculo con tres hijos que no conocían el mundo real mientras su padre la utilizaba como objeto sexual.

Este hombre ha conseguido destrozarle la vida a su hija y a tres de sus hijos quitándole la adolescencia a la primera y la infancia y una vida normal a los segundos. Y no solo eso, pues la vida de estos no va a poder ser una vida como la de cualquier otro ser humano ya que indudablemente quedarán marcados para siempre. Es como si se tratara de una película de terror, uno de esos telefilmes que te hacen cambiar de canal porque no puedes soportar el dolor que te produce verlos, solo que esta vez es la triste y amarga realidad. Que puedan existir personas así me aterra, solo pensar que me pueda cruzar con alguien capaz de todo eso me pone la piel de gallina. Sin duda alguna, el ser humano no deja de sorprenderme y, una vez más, la realidad supera la ficción.

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