miércoles, 9 de abril de 2008

Sexo sin techo


Visitado por casi 10 millones de turistas al año, el parque Vondel de Ámsterdam (el parque que parece en la foto) es uno de los más populares de la cuidad, si no el más popular. Este parque, además, es uno de los lugares preferidos de los jóvenes de la cuidad para practicar el sexo, si bien pueden ser multados si los guardias los pillan con las manos en la masa. Pero a partir del próximo verano, éstos no tendrán de que preocuparse, ya que el alcalde ha decidido no multar a las personas que practiquen el sexo en este jardín.



Tengo que decir que esta opinión me sorprendió (para bien), y me parece una medida, aunque a muchos les parezca una locura, sensata, realista y considerada con los jóvenes. Comprendo que a los más conservadores, los preocupados por la ética o la moral etc. esta medida pueda parecerles una insensatez, una decisión obscena e inmoral, pero no podemos negar que el sexo está ahí y se practica. Son miles las parejas de adolescentes y jóvenes que practican el sexo, pero por problemas fuera de su alcance, como el no tener un piso propio, se ven obligados a practicar el sexo en callejuelas oscuras y sucias, o si se es muy afortunado, en el asiento de atrás de un coche, lugares donde, según las estadísticas más del 50% de los jóvenes entre los 16 y los 20 años practica el sexo. Por ello, creo que si se encuentra un sitio idóneo para el sexo, donde uno pueda hacer sus cosas tranquila y cómodamente bajo el cobijo de un pino o de un ciprés o simplemente acolchado en la hierba de un parque, no debería prohibirse la práctica. No os confundáis, no estoy hablando de un montón de parejas tiradas en mitad de cualquier sitio o en cualquier esquina a la vista de todo el mundo, pero si de permitir la práctica del sexo en lugares públicos dentro de ciertos límites. Por ejemplo, y siguiendo con Ámsterdam, ya que las medidas tomadas allí me parecen muy acertadas, establecer ciertas normas, como no hacerlo cerca de zonas donde los niños jueguen, o permitir la práctica después del ocaso, ayudan a crear cierta armonía entre las necesidades de los jóvenes y el orden público, que tan importante es para muchos.



Es decir, que los jóvenes desde siempre han sentido la necesidad de tener sexo, y muchas parejas de jóvenes de hoy en día se ven empujadas a practicarlo en la calle bajo el riesgo de ser multados. Por ello, creo que es una medida progresista y considerada el permitir la práctica sexual en ciertos lugares públicos dentro de ciertos límites que permitan mantener el equilibro entre el orden público y las necesidades de las parejas.

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