domingo, 30 de marzo de 2008

Crueldad intolerable

La temporada de caza de focas ya ha comenzado en Canadá. Cada años miles y miles de focas mueren asesinadas salvajemente por homicidas protegidos por el gobierno. Este año se espera que perezcan unas 275.000 focas y aun así, con ese escalofriante número, el gobierno promete que está campaña será más humanitaria. ¿Más humanitaria? ¿Acaso el brutal asesinato de tantas focas se puede considerar en algún caso más humanitario? No hay más que ver las escenas que cada año salen en televisión sobre este tipo de caza y aunque el gobierno canadiense, presionado por estas imágenes, prometa una cacería más limpia, está más que claro que nada va a cambiar.

El maltrato a animales está a la orden del día en nuestra sociedad. El caso de las focas es sólo uno más. En Gran Bretaña hará ahora ya tres años que se consiguió prohibir la caza de zorros, una práctica de lo más tradicional, pero también de lo más sangrienta. En Japón activistas de todo el mundo intentan año tras año acabar con la masiva matanza de ballenas, pero aún no se ha conseguido nada. El gobierno japonés argumenta que la caza se hace con fines científicos, pero claramente, esto no es más que una falacia para continuar con la matanza indiscriminada de ballenas. Incluso hay estudios que dicen que el descenso de cetáceos ha contribuido al calentamiento global.

Todos estos casos de violencia contra los animales llevan dándose durante siglos y siglos. Al principio, en algunos países estas acciones se hacían por mera supervivencia, por conseguir comida; en otras simplemente por dar entretenimiento. Este último es el caso que tenemos más cercano. En España, aún hoy, en pleno siglo XXI tenemos que seguir viendo a hombres y mujeres en plazas asesinando toros. Y lo peor de todo es que las corridas de toros no sólo están aceptadas por el gobierno y la sociedad en general, si no que además están consideradas todo un acto de honor, valentía y tradición. Menuda tradición más bonita esa de ver pobres animales morir en una plaza, desde luego que es de lo más civilizada.

De todos modos hay que decir que está situación cada vez está más cerca de cambiar tanto en España como en todo el mundo. Ya no estamos en las épocas en las que era necesario cazar para conseguir alimento, ahora se mata por capricho. Mucha gente opina que esos caprichos son innecesarios y por ello, también la caza y matanza de focas, ballenas, toros y demás animales.
Los animales pueden llegar a ser los seres más civilizados de nuestro planeta; incluso el Papa Juan Pablo II consideraba que tenían alma.

Así que ahora es hora de reflexionar: ¿ es necesario ver día tras día como animales indefensos mueren a lo largo y ancho del mundo o es hora ya de terminar con tanta barbaridad?

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