No es mi intención plagiar la idea de un post publicado anteriormente, pero la peculiar forma de narrar los hechos ocurridos con el famoso botellazo de la cadena Ser me han movido a hacerlo. Hace varias noches, andaba yo escuchando su programa deportivo el Larguero, cuando el presentador trató de victima al Real Betis Balompié y justificó, las que son para mí, unas inadmisibles declaraciones por parte del entorno bético.
Para el que no lo sepa, en la jornada 28 de liga, durante el partido Betis-Athletic, un energúmeno aficionado verdiblanco le lanzó una botella a nuestro portero Armando. La Federación tomó cartas en el asunto –más que nada por dar una imagen de juego limpio a Europa, testigo directo y ansioso de respuesta– y sancionó dándole el partido por ganado al Athletic y cerrando el Ruiz de Lopera por dos jornadas.
Pero el Betis, en vez de aceptar y acatar, se reveló contra la Federación, denominando como injusto el castigo. Ellos afirmaron tener una afición ejemplar que detuvo al agresor y que injustamente se iba en contra de ellos obligándoles a cumplir el castigo en el siguiente partido, contra el F.C. Barcelona, cuando su propio rival todavía no ha cumplido la sanción que se le impuso hace ya tiempo. Pero lo que es el colmo, fueron las palabras del técnico verdiblanco, Chaparro, que afirmó que Armando estaba haciendo el paripé para engordar la sanción. Opiniones bochornosas y que incitan a la violencia, según mi criterio.
Aunque parece ser que para José Ramón de la Morena, la única victima de esto es el Betis y omitiendo datos de gran relevancia, intenta que los demás lo pensemos también. Me parece muy grave que se trate de victima al equipo sevillano, cuando el agredido ha sido nuestro portero. Armando fue el que comenzó a sangrar en directo debido a una agresión. Suerte que no le impactó en la sien.
Bien que se haya atrapado al simio que arrojó la botella, pero la cuestión es: ¿de donde la sacó? En todos los campos de fútbol de primera división se le retiran los tapones a las botellas que se venden dentro, para no poder ser lanzadas con líquido en su interior y no ser peligrosas. Si nos fijamos, esa botella que se lanzó en el Ruiz de Lopera tenía el tapón puesto. Así pues, se ha cometido una infracción grave por parte del club permitiendo que el arma le fuera suministrada en el propio estadio. No he mencionado nada de las bajas medidas de seguridad del propio Ruiz de Lopera y los múltiples conflictos y altercados que ocurren cotidianamente –¿os acordáis del botellazo a Juande Ramos?. Sólo me he remitido al hecho de la botella y es curioso como este "pequeño" dato, que se les traspapela a los chicos de la Ser, cambia toda la historia.
Ya sabemos que los del Athletic no caemos bien por Madrid, pero por lo menos que nos traten con respeto. Estoy seguro que si esto le hubiese ocurrido a Iker Casillas o Víctor Valdés –porteros con más caché– el revuelo hubiese sido muchísimo mayor. Y por favor, a ver si se dan cuenta que el Betis –comparando con Europa– es el claro beneficiario de la política futbolística española de “charanga y pandereta”, cuya institución es un pitorreo. Después de las declaraciones de sus representantes les deberían de haber caído dos partidos más, por lo menos. Que el Barça no los haya cumplido –que es otro tema– no es excusa para cuestionar la gravedad del traumatismo de Armando y menos para decir que estaba fingiendo, cuando realmente él y su familia lo estaban pasando francamente mal. Se nota que los dirigentes béticos son del entorno de la rosita y el puño, como el propio grupo Prisa que juega a sus intereses ocultando la verdad.
Para el que no lo sepa, en la jornada 28 de liga, durante el partido Betis-Athletic, un energúmeno aficionado verdiblanco le lanzó una botella a nuestro portero Armando. La Federación tomó cartas en el asunto –más que nada por dar una imagen de juego limpio a Europa, testigo directo y ansioso de respuesta– y sancionó dándole el partido por ganado al Athletic y cerrando el Ruiz de Lopera por dos jornadas.
Pero el Betis, en vez de aceptar y acatar, se reveló contra la Federación, denominando como injusto el castigo. Ellos afirmaron tener una afición ejemplar que detuvo al agresor y que injustamente se iba en contra de ellos obligándoles a cumplir el castigo en el siguiente partido, contra el F.C. Barcelona, cuando su propio rival todavía no ha cumplido la sanción que se le impuso hace ya tiempo. Pero lo que es el colmo, fueron las palabras del técnico verdiblanco, Chaparro, que afirmó que Armando estaba haciendo el paripé para engordar la sanción. Opiniones bochornosas y que incitan a la violencia, según mi criterio.Aunque parece ser que para José Ramón de la Morena, la única victima de esto es el Betis y omitiendo datos de gran relevancia, intenta que los demás lo pensemos también. Me parece muy grave que se trate de victima al equipo sevillano, cuando el agredido ha sido nuestro portero. Armando fue el que comenzó a sangrar en directo debido a una agresión. Suerte que no le impactó en la sien.
Bien que se haya atrapado al simio que arrojó la botella, pero la cuestión es: ¿de donde la sacó? En todos los campos de fútbol de primera división se le retiran los tapones a las botellas que se venden dentro, para no poder ser lanzadas con líquido en su interior y no ser peligrosas. Si nos fijamos, esa botella que se lanzó en el Ruiz de Lopera tenía el tapón puesto. Así pues, se ha cometido una infracción grave por parte del club permitiendo que el arma le fuera suministrada en el propio estadio. No he mencionado nada de las bajas medidas de seguridad del propio Ruiz de Lopera y los múltiples conflictos y altercados que ocurren cotidianamente –¿os acordáis del botellazo a Juande Ramos?. Sólo me he remitido al hecho de la botella y es curioso como este "pequeño" dato, que se les traspapela a los chicos de la Ser, cambia toda la historia.
Ya sabemos que los del Athletic no caemos bien por Madrid, pero por lo menos que nos traten con respeto. Estoy seguro que si esto le hubiese ocurrido a Iker Casillas o Víctor Valdés –porteros con más caché– el revuelo hubiese sido muchísimo mayor. Y por favor, a ver si se dan cuenta que el Betis –comparando con Europa– es el claro beneficiario de la política futbolística española de “charanga y pandereta”, cuya institución es un pitorreo. Después de las declaraciones de sus representantes les deberían de haber caído dos partidos más, por lo menos. Que el Barça no los haya cumplido –que es otro tema– no es excusa para cuestionar la gravedad del traumatismo de Armando y menos para decir que estaba fingiendo, cuando realmente él y su familia lo estaban pasando francamente mal. Se nota que los dirigentes béticos son del entorno de la rosita y el puño, como el propio grupo Prisa que juega a sus intereses ocultando la verdad.
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